Muchas empresas van a tener que enfrentarse tarde o temprano al cambio, a la novedad, bueno o malo, pero al final dejarán una situación para otra tomar otra y de cómo sea esa gestión del cambio dependerá su futuro.
Muchas empresas van a tener que enfrentarse tarde o temprano al cambio, a la novedad, bueno o malo, pero al final dejarán una situación para otra tomar otra y de cómo sea esa gestión del cambio dependerá su futuro.
Las personas, por lo general, están acostumbradas a que las cosas no se salgan de su cauce, a permanecer en la zona de confort y que no las saquen de ahí.
Tener el control sobre lo que haces, casi de manera automática, proporciona seguridad.
Lo mismo ocurre al analizar el ciclo de vida de los mercados. Las empresas se mantienen en estado rutinario hasta que llega un nuevo participante y rompe por completo las reglas del juego.
El siguiente paso del ciclo sería que todos los demás participantes se fueran adaptando paulatinamente a esta nueva regla y volvieran otra vez a ese estado latente.
Desde hace unos años, los mercados están en constante evolución que requiere que las empresas estén abiertas a cumplir con esas exigencias y garanticen la satisfacción de los consumidores.
Es por esto que surge la necesidad de que tanto la dirección, la organización y el conjunto de los trabajadores entiendan ese impulso irresistible que hace que las causas obren en cierto sentido y dirijan sus esfuerzos hacia su consecución.
Aunque dentro de las organizaciones se es consciente de las transformaciones en los modelos productivos, muchas empresas siguen manteniendo estructuras tradicionales que impiden esa adaptación al cambio.
La necesidad y la gestión del cambio consiste en saber aprovechar las transformaciones del contexto que permitan fortalecer las relaciones con los públicos objetivos.
Las empresas, directivos y trabajadores deben estar abiertas al cambio, ser flexibles y tener la capacidad para anticiparse y así poder estar a la cabeza del progreso y la evolución.
Se puede considerar que la gestión del cambio es el proceso de transformación de una organización constituido a nivel estratégico, cultural y organizacional y dirigido a llevar a la empresa hacia un nuevo estadio competitivo.
El cambio se produce por la interacción de factores internos y externos.
¿Cuáles son los factores que provocan esa necesidad de cambio en las empresas?
Existen otros factores que, en menor medida, son factores causantes del cambio:
Los cambios en las empresas no pueden ser temporales y aislados, debe integrarse en la organización una nueva cultura que conlleve una nueva forma de hacer las cosas.
El objetivo de hacer un cambio es sacar el máximo beneficio y colocarse a la cabeza de la innovación.
Entonces, ¿qué elementos pueden cambiar las empresas sobre su forma de trabajar?
La cultura organizacional: la cultura de la empresa, estilos de gestión y liderazgo deben evolucionar hacia la búsqueda de la eficiencia.
El cambio es una parte vital de las organizaciones y saber gestionarlo mejorará la transición a la hora de facilitar los procesos o la calidad de vida de sus trabajadores.
A continuación, podemos ver las fases en que se divide el proceso de gestión del cambio.
A la hora de planificar una estrategia de cambio, es necesario identificar 3 niveles en tu empresa: estrategias culturales, organizativas y operativas.
Finalmente, hay unas claves que podemos seguir para la gestión del cambio recogidas en el libro “Leading Change” de John Kotter.
8. Institucionaliza el cambio: los valores detrás de la visión de cada organización deben aparecer en su día a día, incluye estos nuevos valores en la rutina de trabajo y características de la empresa.