Key Performance Indicator. Literalmente, es un indicador clave de rendimiento sobre el funcionamiento de nuestra empresa, departamento o proyecto.
Gracias a estos indicadores podemos saber si los objetivos establecidos se están cumpliendo o no siguen el ritmo que se esperaba.
Los KPIs siguen la regla SMART: específico, medible, alcanzable, relevante y tiempo determinado.
Pero, ¿por qué elementos está formado un KPI?
Definición: hay que describir de forma clara y concisa nuestro objetivo específico, de manera que todo el equipo lo entienda.
Fórmula de medición: decidir cómo vamos a medir ese indicador.
Unidades de medida: por lo general se suelen usar porcentajes, pero se puede incluir una cantidad de beneficios, por ejemplo llegar a vender servicios por 1 millón de €.
Periodicidad: cada cuanto vamos a medir los indicadores que hemos establecido. Para este caso resulta importante hacer una comparativa de tendencias en el mismo período del año anterior.
Responsable del proyecto.
Actividad o proyecto al que va vinculado este KPI.
Tipos de KPI hay muchos, dependerán del sector de actividad de la empresa, pero podemos tener los siguientes indicadores:
Ventas: orientados a convertir en ventas y facturar un determinado producto o servicio.
Retail: los indicadores orientados para el sector consumo y tiendas.
Financieros: los utilizados para la estrategia de crecimiento, aumento de beneficios o la optimización de activos.
Redes Sociales: cuando tienes una estrategia en estas plataformas, es importante medir KPIs como el número de interacciones, me gusta, retweet, compartidos, incremento de seguidores en un período, etc.